Sábado de la penúltima semana de Marzo y aterrizamos (junto con "la mano que aprieta") en el lago Llanquihue, previo viaje desde Argentina por el paso de Puyehue y luego de recoger a mi hermano en Frutillar, quien había volado desde Stgo. por 3 días para pescar con nosotros.
Nos instalamos en una cabaña en el sector de río Pescado y esa misma tarde partimos hacia la desembocadura a probar suerte. Como es costumbre en ese lugar, había 4 pescadores más y la cosa estuvo bastante lenta por no decir que la actividad fue nula. Intentamos con streamers como "Llanquihue Killer", "Gray Special" y la clásica "Wolly Bugger" sin resultados. Vimos que uno de los pescadores apostados en el lugar había sido el único afortunado, enganchando un ejemplar de buen tamaño que lamentablemente no devolvió.
El Domingo nos dirigimos temprano hacia la parte baja del río Petrohué, donde habíamos coordinado una bajada en cata-raft. El día en general fue lento y vimos bastante gente persiguiendo a los chinook con cañas ferreteras provistas de grandes spinners. La primera parte de la mañana probamos distintos streamers y sólo mi hermano pinchó una arcoiris con esta técnica. Más tarde decidimos cambiar a ninfas y ahí mejoró la cosa con varios piques de arcoiris, aunque no en gran tamaño. Salvó la mañana un fario cercano al kilo que dio una pelea extraordinaria antes de llegar a mis manos, para ser liberado luego de la foto de rigor. El día transcurrió sin grandes satisfacciones en los extremos de nuestras líneas, aunque no estuvo exento de piques y por supuesto que el paisaje en sí ya es una gran recompensa.


Para el lunes habíamos acordado ir a la parte alta del Petrohué, cerca de su nacimiento en el lago Todos los Santos. El año anterior, tanto mi hermano como yo, habíamos tenido grandes capturas de arcoiris en dicho lugar pero para nuestra tristeza vimos que el panorama había cambiado radicalmente: mucha basura y ninguna trucha. Realmente una pena, sobretodo tomando en cuenta que estamos hablando de un parque nacional. En el pool de desperdicios se cuentan múltiples cajas de señuelos ferreteros, tarros, pañales, comfort, botellas y hasta CDs. Increíble me resultó enredar la mosca 3 veces durante la mañana en pedazos de nylon de grueso calibre que se encontraban en el río. Que impotencia da cada vez que nos topamos con tan desagradables escenas. ¿Dónde están los guardaparques? ¿Qué pasa con Carabineros y Sernapesca? Lo mínimo que uno esperaría es que en un parque nacional tan bello y con tanta afluencia de turistas haya fiscalización. No sé para qué pago cada año mi licencia de pesca si nunca me la van a pedir y si además veo como incultos depredan y ensucian todo a su paso. Verdaderos terroristas medioambientales a los que nadie pone atajo.
En fin, esa tarde pasamos de vuelta al río Pescado, antes que mi hermano volviera al aeropuerto para regresar a Stgo. Sin embargo, esta vez no echamos mano a los grandes streamers ni intentamos lanzar hacia el lago (lleno de pescadores nuevamente), sino que atamos pequeñas ninfas en los extremos de nuestros leaders y lanzamos al río. Afortunadamente los resultados llegaron y en un rato pinchamos 3 arcoiris. ¿Moscas? Hare's Ear, Copper John y Adams.
Tras un día de descanso en la cabaña, emprendimos viaje a Puelo con mi polola. Una vez allá, previa parada en el hermoso río Cochamó que incluyó un par de pequeñas capturas, me dirigí inmediatamente al sector "Las Gualas", donde comencé a probar suerte con distintos patrones sin obtener resultados. Los piques llegaron al usar una "Wolly Bugger" con patas de goma: 2 arcoiris de gran tamaño que, tras intensa lucha, destrozaron mi leader y se llevaron las imitaciones con ellas como "piercing". A la mañana siguiente volví por mi revancha y, tras una nueva derrota, calcada a las sufridas la tarde anterior, recién llegaron los éxitos cuando por la tarde salí con un guía local. Una arcoiris cercana al kilo, enganchada con zonker, para comenzar y al final del día un hermoso ejemplar, que rondó los 3 kilos, pescado con ninfa (Prince) más mosca seca como indicador de pique. ¡Y con un leader 4X! Mucha paciencia, tiempo y trabajo valió la pena y pagó sus dividendos: foto y al agua nuevamente.


Lamentablemente el día en que decidimos cruzar el lago Tagua Tagua comenzó a llover, permitiéndonos solamente un par de horas de pesca en el río Manso. Un par de arcoiris de pequeño tamaño, pescadas con Hare's Ear antes de que se desatara una verdadera tormenta de viento y lluvia, marcaron el fin de la pesca y adelantaron nuestro regreso a la vida cotidiana.
Sin duda siempre queda gusto a poco y muchos lugares por visitar. Subir el Cochamó y el Manso, caminar los senderos del Puelo hasta Segundo Corral y probar suerte en el lago Totoral quedaron pendientes, pero rescato la belleza del sur de Chile, el hecho de que, pese a la depredación, aún hayan lugares con buena pesca y gente que se preocupa del tema, pero sobretodo el haber podido compartir algunos de estos días con mi hermano y compañero de aventuras, Rodrigo. A su memoria dedico con mucho cariño este reporte y espero algún día, en la eternidad, tener la oportunidad de volver a compartir una tarde de pesca con él.