Vengo llegando a Viña luego de 5 días pescando en Río Puelo. Este viaje lo realicé junto a mi hermano y mi papá, un viaje del que veníamos hablando hace tiempo y que teníamos muchas ganas de realizar.
Llegaba el martes por la noche y junto con unos amigos decidíamos hacer un asadito antes de partir, entre pito y flauta me dieron las cuatro de la mañana, por lo que rajé a mi casa a terminar de armar las maletas para salir rumbo a Santiago a tomar el avión, total que no dormí nada y llegue a Puelo reventado. Independiente del cansancio salimos a pescar a un pequeño río muy bonito pero no con mucha pesca y de no muy gran tamaño, no importaba estábamos pescando y felices. Maniobras para bajar el Zodiac, "la nave", duraron hasta bien entrada la noche.
Luego de unas horas de sueño estábamos levantados y listos para estar arriba del bote a las 7 de la mañana. No mucha pesca y lo que salía no superaba los 500 grs, supusimos que con el paso de los días la cosa mejoraría, estábamos en lo correcto.
Al día siguiente nuevamente levantados muy temprano y pescando en el río, nuevas capturas pequeñas entre todos, pero mi papa se desquita con dos lindas y peleadoras truchas de 1 kg y medio cada una, ambas pescadas en el mismo lugar en no más de 5 minutos. Cayo la tarde y con ella numerosos piques de pequeñas truchas que se daban un festín con la eclosión de mayflies y stoneflies gigantes que bajaban flotando por la corriente. Como estábamos pescando mucho se nos paso la hora y tuvimos que bajar a oscuras por el rio hacia la cabaña, llegamos a puerto a las 9:30 de la noche bajo un cielo estrellado, increíble!!
El día siguiente sería mi día de suerte, logre pescar unas 7 truchas en total, de las cuales una tenía unos 3 kg, otra de 2 kg y dos más de entre 1 kilo y medio y un kilo, simplemente espectacular, mis compañeros de pesca no lo podían creer, ellos no pescaron casi nada. Nuevamente una eclosión de aquellas nos sorprende a oscuras y con ella se me escapa una trucha que de todas maneras era más grande que todas las otras que pesqué ese día.
Último día y ya no queríamos mas guerra estábamos reventados de tanto caminar sobre las piedras y de las levantadas por la mañana, a pesar de que la siesta de 2 horas después de almuerzo, no nos la quitaba nadie. Transcurrió el día sin mucho movimiento, de hecho casi ni pescamos, llegó la tarde y la suerte para mi hermano cambió. Llego al pozón a eso de las 6 de la tarde y no se movió de ahí hasta que a las 8:30 logra enganchar a la trucha que había estado espiando por más de 2 horas. Una trucha gigante logra tomar su mosca seca y emprender una carrera río abajo manteniéndolo al trote por más de 150 metros, luego de 20 minutos de pelea la trucha se rinde y logramos sacar la foto y devolverla a salvo al agua. Eso sí que se llama salvar el viaje, mi hermano que no había logrado pescar ninguna trucha muy grande, había pescado la trucha de su vida en los últimos minutos de viaje que nos quedaban. Bajamos el rio a oscuras nuevamente y contentos por la experiencia vivida.
En fin la pesca en Puelo sigue muy complicada, se necesita experiencia en el rio y buena técnica. Ninfa y mosca seca fueron los patrones utilizados y definitivamente gracias a las eclosiones casi nocturnas es que pudimos capturar truchas de mayor calibre, durante el resto del día ni se les veía. El Puelo sigue dando de qué hablar y siempre tiene sus trofeos esperando.
A continuación les dejo algunas de las fotos que saco mi hermano con su cámara, suerte de tener un tan buen fotógrafo pescador que nos acompañe con su cámara en estos viajes.
La cabañita

Volcán Yates por la mañana

Mi papá yo y "la nave"

El Spot

Mi papá

Yo, siempre con mi salvavidas bien puesto

7 am

Neblina matutina

Algunos de los paisajes de Puelo

Mi trucha trofeo del viaje

La trucha trofeo del viaje

La trucha trofeo del viaje

Recuperación
